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miércoles, 24 de abril de 2013

La importancia de adoptar la “dieta demitariana” y en el caso de España la dieta mediterránea

Cada dos lunes actualizamos la página de Globalízate y en la columna de la derecha de este blog pongo (con espantosos errores de formato que no sé arreglar) los títulos de los artículos, enlazados para que con un clic podáis ir directamente al artículo. En esta actualización hay un artículo que no solo nos permite conocer, para luego tomar nuestras propias opciones ante el mundo que vivimos, sino que, sin desatender lo global, habla de algo que debería plantearnos el modo en que nos alimentamos nosotros mismos. Por eso hago una excepción y, además de que tenéis el link arriba a la derecha, lo voy a copiar para que lo podáis leer aquí.




La importancia de adoptar la “dieta demitariana” y en el caso de España la dieta mediterránea

Louis Lasalle para Globalízate, 17/04/2013 

La dieta mediterránea fue declarada de Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad en 2010. Y no es para menos ya que, además de ser buena para la salud fomenta una relación sostenible con el medio. Sin embargo, por mucho que los dietistas la recomienden o que en Europa presumamos de esta dieta equilibrada, en España ya no es más que una marca. 
La dieta mediterránea se basa en un consumo equilibrado de cereales, legumbres, hortalizas, de aceite de oliva como fuente de grasa y en un consumo moderado de proteína animal. El porcentaje de proteína animal en una dieta es un buen indicador de lo sano de la misma así como de su sostenibilidad medioambiental. La dieta mediterránea supone una ingesta de proteína animal de aproximadamente un tercio. En España en los años 60 un español consumía de media alrededor de un 35% de proteína animal, sin embargo, a lo largo de las últimas décadas esa proporción ha ido subiendo hasta el 65% 1. En estos momentos los españoles comen tanta proteína animal como un estadounidense o un habitante del norte de Europa. 
El problema principal de la insostenibilidad de la producción masiva de carne reside en la muy ineficiente transformación de proteína vegetal en animal. Para obtener un kilogramo de proteína animal hacen falta de media 6.5 kg de proteína vegetal (siendo mucho más ineficiente la carne de vacuno y menos la de pollo o cerdo). Además del derroche de comida que supone, los otros 6 kg invertidos que no terminan en la carne son emitidos al medioambiente pudiendo generar graves problemas de contaminación. 
Cuando la proporción de animales en el medio rural es equilibrada, estos aportan muchas ventajas ya que facilitan la recirculación de los nutrientes y son garantes de buenos suelos y en definitiva de mantener la fertilidad de la tierra. Este era el caso de los paisajes mediterráneos que generaban los alimentos que constituyen la dieta mediterránea. 
Cuando el número de animales empieza a crecer de forma desmedida sus desechos se convierten en un residuo que contamina agua y atmósfera. Además, la agricultura local no suele bastar para alimentarlos por lo que es necesario importar enormes cantidades de pienso. En el caso de España, la mayoría de este pienso se importa de Argentina y Brasil en forma de soja transgénica. Los problemas sociales y medio-ambientales del cultivo masivo de Soja Monsanto (Roundup Ready) en estos países han sido frecuentemente tratados en Globalízate2. Por otro lado, la enorme dependencia exterior asociada a estos modelos de producción y consumo aleja a las naciones y pueblos de la soberanía alimentaria. 
De este modo, esta transición de la dieta mediterránea a una dieta basada en la ingesta de proteína animal no solo genera problemas en nuestra salud sino que ahonda en un mundo más sucio y contaminado, más ineficiente, menos equitativo (ya que se emplea demasiada producción vegetal para sostener esta dieta de lujo) y más injusto. 
Por todas estas razones los científicos de la ciencia del nitrógeno desarrollaron el concepto "Dieta demitariana" que consiste en una reducción a la mitad del consumo de proteína animal en aquellos países en los que esa proporción está entre el 65 y el 70%3. En los países mediterráneos basta con que volvamos a nuestra querida "dieta mediterránea" y que además de ser una marca vacía de contenido usada para sacar pecho, sea un hecho.


Referencias
1 Información obtenida a partir de los datos de faostat.org

15 comentarios:

  1. Yo estoy de lleno en la dieta mediterránea, aunque de vez en cuando me zampo una hamburguesa de pollo y pavo de las del Mercamonas y me quedo tan feliz, pero muy de vez en cuando, lo normal es dieta mediterránea al canto :)
    Salud y abrazo

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  2. Mmmmmm...Esto me suena...Y creo que el autor es bastante guapo

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  3. Has dado en el clavo, GENÍN, por sabiduría personal. Pero hasta te pasas: comer carne dos veces por semana (o una semana una vez y la siguiente, dos) es bueno: necesitamos los aminoácidos y ser vegetariano es muy difícil. Esta dieta, propuesta en el Congreso de Barzac por científicos de élite preocupados por el impacto del exceso de producción de carne en las emisiones de gases de efecto invernadero, habla de ser frugales y dejar de comer tanta proteína animal (normalmente de dudosa calidad), pero no estrictos. Ni siquiera tocan el efecto perverso sobre la salud del exceso de carne.

    Yo no me niego, en fiestas con amigos, a comerme mi parte de un corderito asado.

    Un gran abrazo, amigo.


    ¿Te suena, C.S.? Debería atronarnos a todos si queremos que nuestros nietos tengan un planeta en el que vivir en condiciones amables. Da la impresión de que no sabemos lo que nos estamos jugando, mientras las condiciones que de momento, en una primera fase ya predicha, nos llevan a condiciones climáticas extremas (sequía o exceso de lluvia) se deterioran por encima de lo previsto.

    Si crees que el autor es bastante guapo, debemos estar hablando de dos autores distintos.

    Otro abrazazo.

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  4. Oyes, otro blog en que te metes?. Pero cuenta la trastienda de cómo os planteasteis hacer esto. Porfa.

    A mi me pareces un tío bueno. Y también me suena, pero porfaplis remember que yo ya me tuve que empollar agrónomos. Hay muchos temas cruzados en el consumo de animales que hacemos: 1) exceso en la dieta (nuestra abuelita que nos decía tienes que comer más filetes no sabía que los que ponía ella eran mucho más alimenticios y en la proporción que entran en la dieta bastan), 2) cómo se engorda al animal de carne, piensa en el tiempo que vive un pollo de cebo para hacerte una idea de los gramos que tiene que engordar al día y cómo, 3) fraudes, que si los aditivos ya tienen miga, los fraudes dan miedo, 4) qué te comes en realidad, recordando el escándalo de la carne de caballo -que me deprime profundamente- 5) de dónde viene lo que se comen los animales, y muchas cosas que habré olvidado o no tengo ganas de contar.
    y al que tenga ganas de pensar, pedir que se exijan las normas de protección animal con los animales que consumimos. Me cabrean los veganos que se creen que su moral es superior y ni se plantean cuidar a estos animales, y conozco a unos cuantos gracias al tema de la protectora donde estoy metida.
    Tío bueno!, otra vez. Para que no te lo creas. Un beso.

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  5. Mis lechugas disienten con ardor de la dieta Mediterranea (tienes que entenderlas, las devoramos una tras otra en plena adolescencia). Tampoco mi Mula la suscribe: dice que come sólo hierba porque me niego a sentarla a la mesa (hice una prueba con una pizza cuatro estaciones y se comió hasta la caja, con los dos sobrecitos del aceite picante).

    Lo dicho, yo soy de dieta Mediterránea rigurosa, pero las "circunstancias" que me rodean no me lo facilitan.

    Tonterías a parte, estoy completamente de acuerdo con lo que expone el artículo.

    Abrazo y beso, Nán.

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  6. Hola TÍA BUENA (tú sí confesaste que lo eras, dependiendo de cómo llevaras el pelo, mientras que yo solo soy un viejo nacido en Crépito). Desde luego, no soy el autor de esta reseña, pero Globalízate es el único grupo en el que he militado, y milito, desde mucho antes de tener un blog. ¿Será posible que a pesar de mi esfuerzo de poner en la columna de la derecha arriba, los links a todos los artículos de cada actualización, cada dos lunes, no te hubieras dado cuenta y no estuvieras aprovechando toda esa transmisión de conocimientos?

    Llevamos ya 8 años juntos, y tuvimos una caída de un año porque el gran porcentaje de doctores de este grupo mínimo (unas 20 personas) se tuvo que ir al extranjero. Ahora hemos encontrado el modo de seguir actualizando, cada uno desde donde está.

    En este caso, aunque todas y cada una de las cosas que dices son importantes, el acento se pone en el derroche de energía y nutrientes que se pone en usar 6.5 kg de rica proteína vegetal para conseguir un kg de proteína animal. Es un despilfarro que NO nos podemos permitir como habitantes del planeta. Pero el american way of life se ha ido metiendo entre nosotros. No necesitamos comer tanta carne: ni por nuestra salud ni por el equilibrio del planeta tierra. No hay más remedio que reducir globalmente nuestra ingesta.

    Y eso es todo, así de sencillo y práctico. Y yendo a la última parte, prefiero comprar poca carne, y buena, que mucha y mala. Y en cuanto a los huevos, qué te voy a decir: solo los marcados con 0 y con 1, nunca jamás los de código 2 y, ni bajo tortura, los del código 3. ¿Cómo comer los huevos de una gallina que es más grande que la jaula en la que ha pasado toda la vida, sufriendo y enfermando?

    Besos (y mira cada dos lunes la columna de la derecha arriba).

    Te entiendo, JOSEP. Mi sosias, que pasa más de 5 meses al año recorriendo Europa en autobús, las pasa putas para racionalizar lo que come (y acaba tirando la toalla). Comprenderás que sea poco empático al sufrimiento de las lechugas y que sostenga que la mula, nos pongamos como nos pongamos, está mejor comiendo algarrobas que una pizza en la mesa.

    Un abrazote

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  7. Esto es más complicado de lo que parece, te lo dice una persona que sabe muy bien lo que se come a pié de calle. La vida que llevamos nos empuja al mínimo esfuerzo y al mercado en nuestras casas, pero comiendo fuera es peor. Debería haber muchas, más y mejores políticas alimentarias, más educativas y de futuro en lugar del caos normativo y especulativo que es lo único que parece importar. A diario compruebo que la gente es capaz de comerse una ensalada de pollo y pollo después. Es un mínimo ejemplo de cientos. ¡Horrible! ¡No sabemos alimentarnos!

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  8. No hay escrupulos!...Andan por ahi, algunos hijoputas diiciendo que prohibir el glifosato, un veneno reconocido en alimentos, seria como prohibir la aspirina...Que insensatez mas cruel.

    Saludos y cariños para ti NáN

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  9. JONHAN, hay algo peor que no saber qué debemos comer: no saber el brutal impacto social, económico y ecológico de los alimentos que nos ofrecen. La Tierra es paciente hasta que dice ¡basta!, y entonces ya no habrá vuelta atrás. Socialmente, cambiar 6,6 kg de proteína vegetal por 1 kg de proteína animal es una gestión horrorosa (con todo lo que hablan los capitalistas de la excelencia de la buena gestión privada).

    Además, está el problema que tú dices: de lo que nos ofrece el mercado, elegimos mal. Lo que tú dices se combate con "educación alimentaria". Lo que propone el artículo, que es decisivo para el Planeta, solo nos salvaría un cambio radical en el modo de organización del mundo.

    Besos


    Querida ROCIOLAT: los glisofatos, que son veneno, están muy relacionados con el poder del mal, Monsanto. Ya se ha demostrado que son perjudiciales para nuestra salud, pero sus poderosos lobbies eliminar cualquier posibilidad de que los políticos lo reconozcan.

    Hay días, y este sábado es uno de ellos, que vivo con la conciencia de que si no yo, sí mi hijo, vivirá el final de una civilización mundial.

    Besos para ti.

    IRE, se me olvidó comentarte específicamente el fraude de la carne de caballo. Es un fraude, porque no te dicen lo que estás comiendo, pero no es mala para la salud. De niño, había carnicerías de carne de caballo, más dura y menos sabrosa, y más barata, pero sana. El otro día leí sobre algo más que un fraude: en productos de la Gran Industria Alimentaria, habían encontrado restos de carne de perro y de gato. Las investigaciones se habían acercado a gatos y perros callejeros, enfermos, y a los cadáveres de algunos animales sacrificados, tras una larga enfermedad con fármacos. Esto es más que un fraude: es un envenenamiento provocado.

    Besos

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  10. Como ahora es más difícil organizar una gran guerra nos quieren matar a base de la mala dieta que además hace que se enriquezcan los de siempre. Lo de Monsanto es demencial. Pero todo esto ya lo sabes.

    Mi abuela ya lo decía: somos lo que comemos. Hay un sector de la juventud preocupado por la alimentación y están creciendo huertos urbanos, siembras, incluso, en macetas en terrazas. Muy concienciados, sí, pero hay un terreno que complementa todo esto y que no consiguen, unos porque su horario no se lo permite; otros porque no saben cocinar. Me preocupa que no se paren en echarle tiempo a la elaboración de los alimentos, y organizar las comidas tratando de equilibrar lo que es bueno consumir.

    Supongo que tu sosias debe estar deseando llegar a casa para comer lo que le apetezca. A mí me pasaría.

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  11. Conste que yo lo intento, eh, me refiero a no comer carne, y no solo eso, sino tantas cosas que impiden que haya un mundo mejor (fruta que no es de temporada o de aquí, productos preparados del Mercadona...). Intento cocinar mi comida cuando puedo y hacerlo con productos sanos y equilibrados, ahora llamados mediterráeos.
    En fin, que el artículo tiene mucha miga y vivimos en un mundo de mierda.

    Un beso.

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  12. Perdona, ISABEL, que tarde en contestarte, pero se me quemó el router y han tardado un poquillo en cambiármelo. La comida es otro de los grandes negocios, así que tienes razón: esto es una guerra. El enemigo, que cuenta con muchos medios publicitarios y de comunicación, nos ha convencido de que es bueno comer carne todos los días. Dejando aparte el problema de nuestra salud personal, no podemos dejar aparte que eso somete al Planeta a una tensión por exceso de nitratos que acabará explotándonos a todos en la cara.

    Como siempre, hay alternativas: están basadas en la Ciencia Pública, que investiga si la presión de intereses comerciales. Precisamente la que se están cargando.

    Besos

    No te preocupes, SUE, todo está organizado para que pasen estas cosas (ni siquiera nos damos cuenta cuando hablamos de la "comida basura"). Alargan nuestras jornadas de trabajo, nos obligan a dedicar horas a la protesta, tenemos nuestro mundo de amigos, amantes, cine, teatro, libros. No podemos cocinas como nuestras abuelas.

    Pero este post no es personal: basta que, por nuestro futuro, sustituyamos parte de la carne por otros alimentos más sanos. Si lo hacemos todos, "¡los hundimos!". Y cuando comas carne, que no estamos hablando de vegetarianismo (que para mí no lo quiero), que sea de la mejor posible y ¡disfruta al comerla!

    Besos

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  13. (Eh, eh, NáN... ¡Felicidades! Y un abrazo enorme.)

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  14. Por cierto, a cierta profesora de FP de Dirección de Cocina, de cierta escuela que no me es ajena, le fue muy útil este artículo, que yo le pasé.

    Semillita puesta.

    Otro abrazo.

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  15. Muchas gracias, joven.

    ¡¡Y me encanta lo que me cuentas!! El conocimiento se esparce poco a poco, pero de manera segura.

    Un abrazo.

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